
Test Madone SLR Gen 8
Mi experiencia con la Trek Madone SLR Gen 8: ¿Vale la pena?
Si eres un apasionado del ciclismo y te gusta ir rápido, seguro has oído hablar de la Trek Madone SLR Gen 8. Este modelo ha dado mucho de qué hablar. Después de probarla a fondo, aquí te cuento mi experiencia real sobre si esta máquina realmente está a la altura de las expectativas.
Primeras impresiones
La Madone SLR no es una bici cualquiera. Su cuadro de carbono OCLV 900, el sistema IsoFlow, su mejor aerodinámica sin sacrificar el confort la convierten en una maquina preparada para la competición al más alto nivel.
Agresiva, muy agresiva, pero sorprendentemente cómoda para una bicicleta ahora ya calificable como Aero/Escaladora, una todo terreno sin concesiones. Trek ha conseguido un gran trabajo equilibrando rendimiento y confort, resultando, sin duda, la mejor bicicleta que hayan fabricado hasta la fecha.
En carretera: velocidad pura
Aquí es donde realmente brilla la Madone SLR. La rigidez del cuadro se nota desde la primera pedalada, y cada watio que aplicas se traduce en velocidad. Subiendo se siente ligera para una aero, y en los descensos es un misil: estable y predecible. La IsoFlow realmente ayuda a absorber pequeñas vibraciones del camino, haciendo que el rodar sea más cómodo de lo que esperaría en una bici de este tipo. No llegamos a los niveles de la Domane, pero poco le falta!
Las ruedas Bontrager Aeolus RSL combinadas con los neumáticos Bontrager Aelus RSL merecen un capítulo a parte, una delicia en cuanto a máximo agarre en paso de curva en cualquier condición.
En resumen, la Madone SLR Gen 8 es una bici espectacular, con una aerodinámica impresionante y una comodidad sorprendente. Si quieres una bici que te haga sentir como un profesional en cada salida, esta podría ser tu próxima compañera de aventuras.